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El ministerio de Fomento tiene una patata caliente, tras la quiebra de algunas autopista, del territorio español.
Las empresas responsables, no han podido hacer frente y ahora se trata de llegar a una solución, de la mejor manera posible.
La primera autopista que ha pasado a manos del gobierno, es la AP- 1, que enlaza Burgos con Armiñón, cuya concesión del grupo Itinere, finaliza el 30 de Noviembre y desde ese día pasará a ser gratuita.
No va a ser la única que tenga ese destino, ya que en Diciembre la AP-7 que enlaza Tarragona, Valencia y Alicante, junto con la AP- 4 que une Sevilla y Cadiz, van a derribar sus barreras.
En los próximos meses, podrían correr la misma suerte, otras autopistas a las que se les acaban las concesiones y cuya situación es de quiebra.
El ministro ha hablado, de cómo se auditarán los costes y se revisarán las 9 autopistas que están en esta situación. Algunas tienen finalización de contrato en 2021, pero el problema económico que atraviesan, hace que se puedan precipitar los acontecimientos.
La AP-2 entre Zaragoza y el Mediterráneo, AP-7 que une Tarragona y La Jonquera y Montmeló-El Papiol, en total unos 479 kilómetros que también están a espera, de una solución.
Para los conductores es buena noticia, ya que pasarán a ser gratuitas, aunque la cara B es para el gobierno, ya que tendrá que asumir los gastos de mantenimiento de estos tramos, según las primeras estimaciones, unos 27 millones de euros.
En este caso, los detractores de estas medidas son los grandes constructores y las concesionarias y argumentan, que va a producirse un colapso por el aumento del tráfico rodado, olvidando que los rescates salen de las arcas públicas, cuando no tienen clientes.
El ejemplo ya lo tenemos, en el caso Abertis, que tras la caída de circulación registrada, fué el Estado el que tuvo que pagar, 1.494 millones de euros.
Hay zonas del país, en las que sus tramos de autopista, son verdaderos desiertos en los que apenas se ven vehículos, más allá de algunos de carga pesada.
Es el caso de la AP-7 tramo Cartagena- Vera y la circunvalación de Alicante, en una situación de precariedad y quiebra absoluta están la AP-41 Madrid-Toledo, AP-36 Ocaña-La Roda y todos los radiales madrileños, del eje aeropuerto.
Otro de los problemas que se plantean es, la parte humana de las autopistas, en el caso de las que ya van a quedar libres, más de 100 empleados se enfrentan, a una regulación de empleo.
Los contratos firmados por las concesionarias, quizá sea donde comienza el problema, pero ahora solo queda buscar solución.
Iremos viendo qué sucede, pero de momento ya tenemos dos libres.
