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Cualquier elemento de nuestro vehículo es importante y necesario, pero no siempre le prestamos la atención necesaria. Las lunas del coche y la reparación de lunas nos permiten la óptima visibilidad y nos protegen de los factores externos, pero además son en ocasiones un protector en caso de accidente, formando parte de nuestra seguridad.
En 1983 entró en vigor la ley, por la que se obligaba a todos los fabricantes, a usar cristal laminado. Este material se fabrica uniendo varias láminas de vidrio, que pueden ser de distinto grosor y entre ellas se intercalan materiales plásticos, como el Burital, EVA o resinas, que hacen de pegamento.
El avance en la tecnología, ha conseguido que en caso de rotura no salten los cristales, presentando un perjuicio para los ocupantes del vehículo.
Un 30% de la resistencia del vehículo, en caso de accidente, la aportan las lunas, su importancia incide de forma fundamental también, en el techo, en caso de vuelco.
Por eso debemos prestarles la máxima atención y prevenir cualquier desperfecto en ellas.
La limpieza, debe ser una de las piezas principales en su cuidado, hacerlo tanto por dentro como por fuera, usando limpiacristales que no tengan componentes químicos demasiado agresivos y paños que evitan que queden empañados.
Revisar las escobillas limpiaparabrisas, ya que si están en mal estado, pueden rayar las lunas. Es aconsejable cambiarlos una vez al año.
Carreteras con el pavimento en malas condiciones o los baches, son grandes enemigos, intentar evitarlas y si son ineludibles, hacerlo a una velocidad moderada, para que no salte ninguna piedra, que por pequeña que sea, al impactar, puede provocar una rotura importante.
Los cambios de temperatura bruscos, inciden también de forma muy negativa, tanto si se producen en el exterior, como en el interior.
En caso de que se forme una capa de hielo, en el parabrisas, nunca intentes quitarla con agua caliente, usa el aire acondicionado o algún líquido anticongelante.
Cualquier cosa que observes, por insignificante que te parezca, un picado por un impacto, una raya, debes acudir a un taller.
Las técnicas de reparación, consiguen prevenir problemas mayores, en un tiempo muy breve y de forma muy efectiva.
Reparar pronto, resulta más económico, cualquier desperfecto que influya en el campo de visión del conductor, impide pasar de forma favorable la ITV, sin obviar que un impacto por pequeño que nos parezca se puede convertir en una fisura importante en cualquier momento.
Hay roturas que no son reparables, si se despega el laminado del parabrisas, es necesario cambiarlo entero y de forma inmediata, normalmente comienza por una esquina y da la sensación de que es una zona empañada, detectarlo pronto es vital.
Las fisuras con forma de rayado profundo y de estrella, también son irreparables, nos tocará hacer el cambio de todo el cristal.
Las roturas más comunes y de fácil reparación son los “bulleye “, aparecen como pequeñas fisuras con forma de uña rota, de muy sencilla solución.
El parabrisas esmirilizado, son pequeños poros producidos por arena o polvo, a la larga pueden ser muy perjudiciales, por el efecto adverso que produce para la visión, cuando el sol o las luces nocturnas inciden en el cristal.
A la hora de contratar el seguro del coche, hay que tener en cuenta, que incluya la reparación de lunas y al mínimo desperfecto, dar parte.
Los pequeños detalles, dan un plus de seguridad, cuidarlos está en nuestra mano y siempre en las de los profesionales.
